Parece que asistimos a un despertar de aquel fenómeno Teilhard de los años sesenta del siglo pasado, sirva de ejemplo: la fugaz cita en la encíclica Laudato Si’ junto con el cariñoso recuerdo del papa Francisco en Mongolia y la apertura del Centro Teilhard de Chardin en París para el diálogo Ciencia-Fe. El Centro P. Arrupe ha comenzado el curso organizando un ciclo de conferencias los días 3, 4 y 5 de octubre, para conmemorar los cien años de La Misa sobre el mundo. La primera charla fue de Ignacio Núñez de Castro S.J. presentando la persona de Teilhard, como él se llamaba a sí mismo, el hijo la Tierra y el hijo del cielo, reflejado en sus dos grandes libros El fenómeno humano y el Medio divino. Enfatizó que para comprender a Teilhard hay que asimilar la categoría evolución, ver toda la realidad en proceso, en devenir. Mostró la aceptación y crítica de la obra teihlardiana tanto por científicos como por teólogos. Terminó haciendo ver como su obra nos ha cambiado la imagen de Dios, el Dios hacia arriba y el Dios hacia adelante, resaltando la persona de Cristo, Omega, fin y sentido de toda la creación.