Reseña de la Conferencia del Prof.  Alberto Castro Tirado: “El destino del Universo y de la Tierra”.

Centro Arrupe, Málaga, 26 de Febrero 2025

El Centro Arrupe acogió el 26 de Febrero la Conferencia del Prof. Alberto Castro Tirado sobre “El destino del Universo y de la Tierra”. Tras la presentación del conferenciante en la que el Prof. Ignacio Núñez de Castro destacó la personalidad de este malagueño, educado en el colegio de los Olivos en Málaga y en el Colegio Mayor Loyola en Granada, que obtuvo siendo estudiante el Premio Holanda a jóvenes investigadores, y una colección de premios en reconocimiento a sus descubrimientos en el campo de los microcuasares y agujeros negros, entre ellos el prestigioso Premio Descartes de la UE. Igualmente destacó la creación de la red de observatorios astronómicos automáticos en los dos hemisferios terrestres del proyecto BOOTES, de tal modo que, en sus terrenos, parafraseando el dicho de Felipe II : “en cuyo Imperio no se ponía el Sol”, en el dominio del investigador Alberto Castro Tirado “nunca amanece el Sol”.


Dividió la charla en tres partes: Los destinos del hombre (I), de la Tierra (II) y del Universo (III). Puso de manifiesto desde el comienzo la responsabilidad del ser humano en su destino. Destacó el incremento de la población desde unos 120 millones al comienzo de nuestra era, 400 en la edad media, 2.000 en 1928 y 8.000 en la actualidad, así como el consumo de energía cuatriplicado en los últimos setenta años. La esperanza puesta en las energías alternativas, sobre todo en la nuclear de fusión. En cuanto a la colonización de otros planetas como Marte, no está prevista la posibilidad de llegar antes del 2040. La lejanía de otros sistemas planetarios hace imposible su abordaje, a pesar de los 5.000 exoplanetas en las 200 estrellas alrededor del Sol. En cuanto al calentamiento global de 1.3º C, debemos preocuparnos seriamente por aumento exponencial del CO2 vertido a la atmósfera.


Seguidamente pasó a hablar del destino de la Tierra, planeta que se encuentra en la estrecha zona habitable del sistema solar, que permite la existencia del agua líquida y en vapor. Definió a la Tierra como un campo de tiro, recibimos más de 20.000 toneladas/año de pequeños meteoritos y algunos bólidos de gran impacto, como el que cayó en la península del Yucatán en el Terciario hace 65 millones de años que extinguió a los dinosaurios. A lo largo de la historia se han producido varias extinciones por las condiciones ambientales. La vida del planeta está condicionada por la vida del Sol, estrella gigante roja que irá ampliando su radio hasta engullir a la Tierra, lo que será dentro de 7.500 millones de años.


Pasó a describir el destino del Universo, en el que se calculan unos dos billones de galaxias, después de las observaciones de Hubble y los cálculos de Lemaître; de acuerdo con la ley Hubble-Lemaître podemos afirmar un Universo abierto de geometría plana en continua expansión, en el que hubo un momento singular en el que estaba todo condensa, el átomo primitivo, o el Big-Ban, según la denominación de Hoyle. Estos hallazgos han permitido construir una teoría estándar: Universo que tuvo un comienzo temporal, homogéneo e isótropo en la distribución de materia en continua extensión acelerada, según el mapa de microondas, con la siguiente distribución de materia: materia observable 1.5%, materia oscura 27%, energía desconocida 68%, con una duración de 1033 años en el caso más optimista hasta ser abrazado en un gran agujero negro.


A lo largo de la disertación documentada con una cantidad ingente de datos Alberto fue dando una serie de reflexiones humanas: como la urgencia moral de cuidar el planeta y lograr las mejores condiciones de vida humana, puesto que los recursos de energía fósil son agotables e igualmente conseguir un reparto justo de los mismos, considerando los miles de niños muertos por inanición cada día. También resaltó la figura del sacerdote belga Georges Lemaître y su preocupación por guardar el diálogo Ciencia-Fe creyente, y como no quiso confundir el principio del Universo con el acto creador de Dios, que permanece oculto dejando operar a las leyes de la Física.